El Desprincesamiento de niñas y niños
Desarraigar los estereotipos acerca de las princesas y príncipes que existen en nuestra sociedad es sin duda una de las tareas más evadidas por algunos docentes; y es que dicha tarea lleva consigo profundizar en muchas reflexiones sobre las imposiciones de género y cómo la industria del entretenimiento tiene repercusiones en la educación de niñas y niños. Sin duda alguna, la educación que reciben durante los primeros años de su vida va a tener una fuerte influencia psicológica en ellos, llegando a fomentar ideas y comportamientos preestablecidos socialmente. La idea de que el hombre es quien va a cubrir todas las necesidades de la mujer es el tema central en las historias y comedias románticas.
Históricamente, se ha hecho creer a la princesa que no está completa si no está al lado de un hombre, y no puede librarse a sí misma hasta que el príncipe la rescate. Ella deja todo, incluyendo sus sueños, mientras el príncipe debe mostrarse fuerte y valiente. Pero no sólo la industria del entretenimiento fomenta los roles de género, sino que la familia es el primer espacio donde se producen las imposiciones, la asignación de colores y juguetes. Afirmaciones como “los niños no lloran” o delegar ciertas tareas domésticas a las niñas hace que se fragmente la primera institución responsable de la socialización.
Luego tenemos la escuela como institución socializadora, que aún no consigue los argumentos para establecer una posición fija frente al tema en cuestión. Hay más una necesidad religiosa y moral por mantener el sistema patriarcal, que comenzar la reflexión y selección de herramientas socioeducativas para que los jóvenes puedan desarrollarse a nivel personal y social, cuestionando entre otras cosas, el machismo y sexismo que les rodea.
Debemos enseñarles a escribir su propio cuento, donde ellos sean los protagonistas sin roles asignados, donde el príncipe es de color amarillo o violeta y le encanta hacer pasteles, que llora porque le asustan los ruidos y extraña a su mamá. Una misma historia donde la princesa es fuerte y sin ninguna forma específica, a quien le gustan los autos y jugar al fútbol. Todos queremos leer libros y ver películas que fomenten la igualdad y la diversidad para todas las edades porque los príncipes también tienen historias rosas que contar.
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